Muchos mantienen la arcaica
idea en sus mentes de calificar a la mujer como el sexo débil. Las féminas nos
hemos revelado ante esa idea durante siglos… Tiempo llevaba demostrando a las
sombras su valía, hasta que el espíritu rebelde se impuso y mostró de que
estamos hechas. Las mujeres somos fuertes y capaces igual que los hombres, no
nos consideramos superior, no somos sexistas, nos gusta pensar que elegimos de
pareja, amigos y entorno social en general en igualdad de condiciones.
Aborrecemos la mediocridad pero también la superioridad.
Una mujer fuerte, sabe lo que
quiere. No es innato, por lo general, se aprende a serlo a lo largo del camino,
centrándose en las cosas realmente importante, no nos detenemos en banalidades
ni superfluos detalles. Tiene una confianza natural en ella misma.
Mantiene el equilibrio entre
soñar y hacer realidad los sueños. Mantiene los pies sobre la tierra y deja
huella en cada pisada porque su andar es enérgico.
Enfrenta las adversidades con
coraje y perseverancia. No se aminora, no duda… en su mente solo se formula las
vías de solución, es una mujer de acción.
Su forma de hacer las cosas
refleja un equilibrio entre el esfuerzo y la simplicidad. Nunca trata de forzar
las cosas que no encajan, ni tampoco cree en dejarlas al azar. Siempre
se las arregla para encontrar el balance entre los extremos.
Ella sabe que hay una
diferencia entre querer ser del agrado de todos, y tratar a todos con clase y
respeto. No es de las que le dice “sí” a todo ni a todos. Y si la situación lo
requiere, no tiene miedo de hacerles saber a las personas algunas verdades que
tal vez no quieran oír.
Sabe cómo alejarse de las
relaciones que son dañinas. No solamente de las románticas, sino también de las
amistades, contactos de trabajo, entorno en general.
Ella sabe la diferencia entre
comprometerse con una relación y conformarse por miedo, aburrimiento o ambas.
Sabe reconocer sus
sentimientos, cómo lidiar con sus emociones y cómo ponerlas en perspectiva.
Sabe que a veces está bien ser
vulnerable y débil. Sabe que la fuerza viene de estos estados, aunque no se consiente
andar mucho por ahí, se permite decaer porque se levanta con mayor ímpetu.
Ella no cree en el
arrepentimiento. No porque no piense que la gente no deba aprender de su
pasado, de hecho sí deben. Sino que los arrepentimientos tienden a hacer que
las personas se queden estancadas en su pasado. Y ella definitivamente no está
de acuerdo con eso, mira siempre hacia adelante, con la cabeza en alto.
A pesar de los días malos o
los problemas que le surjan, nunca deja que estos generen un daño permanente en
su panorama sobre la vida. Ella considera que siempre vale la pena mantener la
esperanza y la fe, y que mañana, sin duda, puede ser un día mejor.
Pero claro, hablo de una mujer
fuerte, decidida y guerrera en la vida. La mujer fuerte solo la diferencia del
resto, el hecho de que ella se lo cree y actúa en consecuencia. Esa mujer puede
habitar en ti. Mírate al espejo, ve si está en el reflejo de lo que ves, de lo que
eres.
-Martha Ferrás-
A warrior in life, those who do not succumb to the flames, but the cross with determination. A woman I met when I looked in the mirror.
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