TARDASTE… YA
TE ECHABA DE MENOS.
Me sentía demasiado sola sin ti,
sin las energías infinitas que me provocas, ni las ilusiones con las que miraba
el mundo. Extrañaba esa risa perenne que no puedo ni quiero mitigar, sino todo
lo contrario, quiero que se expanda en forma y sonido. Ese brillo en mi mirada
que indiscutiblemente mejora la calidad de la imagen allá donde mis ojos vayan,
la que recibe mi cerebro y adora mi corazón.
Te eché mucho de menos. Creí
nunca regresarías a mi vida, a mis sueños. Mi rutina era insulsa, carente de
todo sentido sin ti. Tu ausencia me había convertido en una vagabunda
desnutrida y sin esperanzas ¡Qué bien que ya estás de vuelta!
Se acabaron las horas de insomnio
mirando hacia la nada, la insalubridad que me azotaba, la impavidez en mis
actos… Se acabó mi vida sin ti. Odiaba el letargo en el que me sumergí tras tu
partida, pensé sería eterno. Ahora he renacido de mis propias cenizas como el
Ave Fénix, porque te siento en mí nuevamente.
Tardaste demasiado pero ya estás.
No pude serte infiel aunque me lo propuse. Estuve coqueteando con la locura y
salí alguna que otra vez con la melancolía pero no, no te llegan a la altura.
Tú eres sublime, celestial, único… Cuando entras lo iluminas todo sin importar
lo dañado u oscuro que esté. Llenas de vida mi alma, nutres mi corazón, porque
tú eres AMOR… eres lo que me faltaba para seguir viviendo.
Que bien que
regresaste a mi vida… Porque sin ti AMOR,
estaba ciega
en mi oscuridad.
-Martha
Ferrás-
Disfruten de mis pensamientos pero sobre todo... gocen del amor y de todo lo bueno que nos aporta.
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